Ciudad del Vaticano — Con una misa solemne celebrada en la Basílica de San Pedro, dio inicio este miércoles el cónclave destinado a elegir al nuevo papa, tras el fallecimiento de Francisco. Desde el martes, los 133 cardenales con derecho a voto se encuentran alojados en la residencia de Santa Marta y otras dependencias dentro del Vaticano, donde permanecerán aislados durante todo el proceso de elección.
La ceremonia matutina marca el comienzo formal de un ritual milenario, guiado por las normas establecidas en la constitución apostólica Universi Dominici Gregis, promulgada por San Juan Pablo II en 1996. Esta normativa establece los pasos que deben seguirse en la elección del nuevo pontífice.
Por la tarde, los purpurados, vestidos con el hábito coral, se reunirán en la Capilla Paulina del Palacio Apostólico. Desde allí se dirigirán en procesión a la Capilla Sixtina, invocando la asistencia del Espíritu Santo. Frente al imponente fresco del Juicio Final, obra de Miguel Ángel, cada cardenal prestará juramento colocando la mano sobre el Evangelio.
Como dicta la tradición medieval, una vez que los cardenales estén en la Sixtina, el maestro de ceremonias pronunciará la expresión “extra omnes” —“todos fuera”— ordenando la salida de cualquier persona ajena al cónclave. Las puertas serán cerradas para garantizar el aislamiento total del colegio cardenalicio y evitar influencias externas.
Está prevista una primera votación este mismo miércoles. Sin embargo, se considera poco probable que se alcance una decisión inmediata, ya que se requiere una mayoría calificada de dos tercios para elegir al nuevo sumo pontífice.
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