Kenia Abel: La mujer que desafía las carreteras de Centroamérica

En un mundo donde el rugir de los motores y el polvo del camino parecen estar reservados para los hombres, una mujer hondureña desafía los estereotipos con valentía y determinación. Kenia Abel, madre de cuatro hijos, recorre las carreteras de su país y de Centroamérica al mando de una pesada rastra, escribiendo su propia historia de lucha y superación.

Su historia es una de esas que dejan huella en el corazón. Hace siete años, la tragedia tocó a su puerta cuando la violencia le arrebató a su esposo, el hombre con quien había construido una vida y un negocio de transporte. En medio del dolor y la incertidumbre, Kenia tomó una decisión que cambiaría su destino y el de sus hijos: continuar con el legado de su esposo y convertirse en trailera. No fue una decisión fácil, pero el amor por su familia y la necesidad de salir adelante le dieron la fuerza necesaria.

Cada semana, antes de emprender un nuevo viaje, Kenia cumple con su otro gran rol: ser madre. Se levanta temprano, prepara el desayuno, organiza la casa y deja palabras de amor y consejo para sus hijos. Luego, con el corazón lleno de esperanzas y recuerdos, se sienta al volante de su enorme vehículo y enfrenta la carretera. Su trabajo la lleva por largos y solitarios caminos, entre fronteras y paisajes que cambian con cada kilómetro recorrido.

Los desafíos son muchos: largas jornadas de conducción, carreteras peligrosas, discriminación y la constante lucha por ganarse un lugar en un oficio dominado por hombres. Sin embargo, Kenia no se rinde. Sabe que cada kilómetro que avanza es un paso más hacia un mejor futuro para sus hijos. Su fortaleza y determinación son una inspiración para muchas mujeres que, como ella, han aprendido que no hay sueño imposible ni profesión vedada para el género femenino.

La historia de Kenia es un testimonio de amor, coraje y resiliencia. Representa a todas aquellas mujeres que han decidido desafiar las adversidades y demostrar que no existen límites para quienes luchan con el corazón. Hoy, al recorrer las carreteras de Centroamérica, ella no solo transporta mercadería, sino también un mensaje poderoso: las mujeres son capaces de todo, incluso de domar el camino y convertirlo en su propio destino.